Trabajar desde casa o lo que conocemos como Home Office, no es nada nuevo para muchos profesionales independientes; sin embargo, sí es una tendencia creciente entre quienes perciben un salario, pues forman parte de la plantilla laboral de una empresa.
Esto obedece a varias situaciones, una de ellas son las tecnologías de la información que hoy permiten realizar diversas actividades, aun en colaboración con otros compañeros a distancia y en tiempo real. A ello se suma el creciente caos vial de las urbes que devora el tiempo de los colaboradores en los traslados, además, del desgaste físico y mental que implica. A ello, se suma una nueva cultura empresarial que explora nuevas formas de producción más allá de las tradicionales.
Por ejemplo, en la Ciudad de México muchas organizaciones, frente a la crisis de la de la Influenza H1N1 (2012) y el Sismo de septiembre de 2017, encontraron una solución para no detener labores con esta modalidad.
El Home Office tiene sus limitantes naturales, por ejemplo, obviamente el
encargado de una línea de producción de alguna auto-parte tiene que hacer sus funciones en la planta al igual que los obreros; así como la mayor parte de los servicios médicos y un largo etcétera. Además, para que el Home Office funcione, se necesita cierta disciplina y compromiso del colaborador; aunque, siendo honestos, hay quienes ni estando físicamente en la empresa cumplen con dichas características.
El Home Office implica trabajar más por objetivos que por hora, aparte permite a la organización diversos ahorros en cuanto a servicios e infraestructura.
Según un estudio de la firma tecnológica Citrix, para 2020, 80 % de las actividades laborales se realizarán de forma remota y México es el tercer país en América Latina con el mayor número de personas que trabajan desde el hogar, superado por Argentina y Brasil.
El documento Los trabajadores digitales: ¿qué buscan, cómo trabajan?, destaca que el 42% de los mexicanos cree que haciendo home office sería más productivo. El 47% piensa que obtendría un equilibrio entre vida laboral y personal y el 25% considera que pasaría menos tiempo en el transporte público.