En primer lugar, el empresario debe tener claras y muy presentes las peculiaridades de trabajar con un freelance y que no todos los trabajos son válidos para este tipo de profesionales, además una serie de aspectos:
- Especificar la fecha de inicio y conclusión del contrato, así como los plazos de entrega.
- Cuando los proyectos tienen un plazo medio de ejecución se puede negociar una cuota de entrega mensual hasta su conclusión.
- Definir si el freelance va a trabajar desde su oficina con sus propios medios o es necesario que acuda a la empresa unas horas.
- Dejar claro la confidencialidad de información, forma de pago, así como consecuencias en caso de incumplimiento.
- Si el trabajo realizado da lugar a productos nuevos es preciso definir claramente a quién corresponde la propiedad intelectual de los mismos, pactando una cesión en exclusiva e indicando que la remuneración de la cesión de los derechos se entiende incluida en el precio de los servicios.