La palabra acuarela proviene del italiano acquerello. Es una pintura sobre papel o cartulina, con colores diluidos en agua. La técnica de la acuarela se basa en la superposición de capas transparentes, donde se utiliza la blancura del papel para obtener efectos y toques de luz. Mientras se superponen más capas el color se hace más profundo. Los colores en acuarela se puede modificar añadiendo o quitando agua, usando pinceles, esponjas o trapos.
Una de las claves más importantes para que tu creación quede perfecta, es el tipo de soporte que utilices, el más común suele ser el papel, del cual existen gran variedad de texturas, grosores, gramajes y colores, su elección depende del estilo del artista.
El papel de acuarela se clasifica según el número de gramos por metro cuadrado, este varía entre 190 y 800 gramos, entre mayor sea el gramaje, mayor será la resistencia al pigmento y el agua. Para evitar que tu papel se ondule, es necesario que previamente hayas humedecido, pegado y tensado el papel a un cerco de madera.
Existen diferentes técnicas para que tus creaciones en acuarela sean inigualables. Aquí te dejamos algunas de ellas para que les eches un vistazo.
Pintar con sal
Con esta técnica es necesario que seas cuidadoso con la cantidad de agua que utilizas, contar con un papel fabriano grueso, pinceles y sal (los resultados dependerán del tipo de sal que utilices, pero siempre puedes experimentar con todos).
Antes que nada es necesario que humedezcas el papel con una fina capa de agua con color, realizando diferentes figuras e ir espolvoreando la sal en distintas secciones y con granos diferentes, dejando que los cúmulos queden distanciados para que cada granito de sal pueda absorber todo el líquido que necesite. Finalmente deja secar tu obra y observa interesantes formas crearse.
Pintar con café
¡Quien se iba a imaginar que con algo tan fácil de encontrar en cualquier cocina como el café, podrías darle más vida a tu pintura en acuarela! Para aquellas partes en las que te gustaría lograr un acabado de color más intenso en tonos cafés, puedes ocupar un poco de café diluido en agua. En caso de que sientas que el tono que resulta es muy oscuro, puedes agregar un poco más de agua con color para bajar la saturación del color.
Pintar con crayones
Con crayones de cera blanca puedes comenzar a crear figuras en tu lienzo, después con tu pincel cargado del color de acuarela que prefieras comienza a pintar por encima, las partes que hayas dibujado con la cera quedarán aisladas al agua, por lo tanto, no serán pigmentadas, dejando un patrón en blanco que dejará un aspecto muy creativo y diferente a tu creación.
Pintar con esponja
Para esta técnica únicamente necesitas una esponja o un trozo de ella, dependiendo el área que quieras abarcar. La esponja se debe cargar con la pintura e ir manchando sobre el papel con ligeros toques para así poder ir construyendo la textura deseada. Es importante que el papel fabriano utilizado para esta técnica sea grueso, ya que la esponja puede absorber más líquido del que estés acostumbrado.
Pintar con bolsa plástica transparente
¿En qué momento te ibas a imaginar que te podías apoyar en una bolsa de plástico para que tu dibujo en acuarela tenga una textura única? Para esta técnica es necesario que pintes tu base con colores preferentemente vivos, mientras tu dibujo se encuentre húmedo, coloca un plástico o bolsa transparente arrugada sobre tu pintura y cuando se haya secado retírala cuidadosamente y observa tu nueva obra.
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