¿Cuántas veces tus padres te han dicho que sólo llegas a dormir o que la casa no es hotel? ¡Quizás muchas! En ocasiones te da risa, otras te pone a reflexionar y otras tantas te molesta, pero ¿Tendrán razón?

Cuando se es adolescente en edad estudiantil, la mayoría de los gastos corre por cuenta de los padres y hasta cierto punto es cómodo, pero cuando tus necesidades sociales exceden la demanda económica ahí viene la crisis…

No existe una edad específica para independizarte de la casa de tus padres, pero sí es importante que mientras estés en la universidad puedas conseguir algún tipo de ingreso para tus “gustitos” y pagar alguna cuenta en casa (luz, agua, gas, wifi). Cuando terminas tu carrera universitaria seguro estás en proceso de búsqueda de empleo, la realidad es que la demanda es mucha y la oferta laboral con salarios “decentes” es poca. Quizás encuentres un trabajo que tomaste porque necesitas el empleo o que chance te gusta pero no te alcanza el sueldo. Éste y otros factores fomentan que sigas siendo hijo de familia y temas independizarte porque eso implicaría pagar un lugar para vivir, pagar comida, lavar la ropa, realizar limpieza, entre otras tantas responsabilidad, pero también estar ¡¡¡soloooooo!!!! A algunos les asusta y a otros les hace ilusionarse con la idea porque implica mayor libertad. Todo dependerá desde el lugar donde lo mires.

Lo que es una realidad es que todos necesitamos nuestro espacio y nuestra independencia aunque pareciera “muy cómodo” estar en casa de los padres. Evalúa los pros y contras y ¡aplícate! Piensa también que tus padres en ese momento de su vida desean ahorrar para su vejez. ¡Ayúdalos e independízate de alguna forma! Todo es un proceso y puedes comenzar rentando en un depa compartido con otros roomies. Poco a poco verás que la libertad e independencia es algo que no se paga con nada más que tu felicidad.

Para hacerlo, lo primero que debes sentir es la capacidad para asumirlo, no sólo desde el aspecto económico, sino con todo lo que implica ese cambio de vida. Esto, porque aunque existan las ganas de tener un espacio propio y una libertad total, en muchos casos se asume esa determinación sin tener algo básico y bien estructurado que le permita estabilizarse.

Hay algo claro y es que la decisión no se debe tomar en momentos de crisis. En muchas ocasiones una discusión o una etapa en que la armonía con los miembros del núcleo familiar no anda en su mejor momento, hace que se distorsionen las cosas e igualmente, lo cual ocasiona que muchos jóvenes se pongan a pensar en la posibilidad de irse, para no aguantar más esa situación.

No te precipites, pero tampoco de tardes…

Gysel Martinez Alfaro Independizarse de la casa de los padres… Difícil decisión gysel martinez